
Ser estoico, es una práctica de vida que nos introduce poco a poco en nuestra existencia diaria, que nos enseñan a tratar todo lo que nos pasa; y cómo reaccionar ante lo que nos acontece, o si se nos permite emplear un lenguaje más coloquial, se va tratando de aprender a aceptar lo que nos supera y lo que no podemos controlar para afrontar lo que sí que podemos controlar.
- Aceptar lo que no puedes controlar. Desde el estoicismo se parte de la premisa de que no podemos controlar los acontecimientos externos o las acciones que llevan a cabo las demás personas; solamente podemos controlar lo que nosotros debemos hacer al respecto, de esta forma aceptar lo que viene de los demás, nos libera de la frustración y el estrés del que pueden llegar a infligirnos los demás, para esto deberemos dejarlo ir, todo aquello que no podamos cambiar (hechos pasados, hechos futuros, lo que lleve a cabo o ha llevado a cabo otra persona, entre otros.) y centrarnos en nuestro modo de actitud frente a los eventos que podamos llegar a experimentar.
- Practicar la autodisciplina. La autodisciplina se hace muy necesaria para conseguir llegar al equilibrio que se persigue, una de las razones sobre todo porque en la práctica del estoicismo uno no tiene que dejarse llevar por las emociones y en consecuencia se debe intentar practicar la moderación, dejando a un lado los excesos, por lo que poco a poco podrás practicar tu carácter desde tus valores mucho más profundos.
- Si quieres vivir bien, actúa virtuosamente. Según los estoicos, únicamente a partir de la felicidad se puede alcanzar la virtud. La virtud que se establece en este caso es la que aglutina el concepto “virtus”, que viene a significar actuar para el bien de los demás, actuar con justo criterio, actuar de forma valerosa, y actuar con conocimiento de causa.
- Piensa sobre lo que haces y respecto a los errores cometidos. La auto-crítica constituye otra de las tres piezas fundamentales del estoicismo al igual que su tiempo; así pues, es muy importante que pienses acerca de lo hecho para poder reflexionar sobre las conducciones erróneas. Ni que decir tiene que puedes cambiar la actitud que tienes ante determinadas cosas.
- Practica el agradecimiento. En los momentos adversos, el estoicismo nos enseña que siempre hay algo por lo que estar agradecido. Hacer la práctica del agradecimiento, por otro lado, también nos ayudará a centrar nuestra atención en lo positivo y, a una perspectiva equilibrada.
Ser estoico no es sinónimo de ser insensible, frío, estoico es saber dominar las propias emociones, es la capacidad de tener la actitud adecuada ante situaciones adversas. Haciendo estoicismo, podemos llegar a tener una vida más plena, más equilibrada, es decir, una vida libre de las inquietudes para la gestión de las cuales no disponemos de los recursos que se nos dan.