
La visión holística del ser humano es una forma de entender al individuo como un todo integrado, que no se puede reducir a sus partes o a sus funciones. La visión holística considera que el ser humano es una unidad bio-psico-social-espiritual, que interactúa con su entorno y consigo mismo, y que tiene una dimensión trascendente que le da sentido a su existencia.
¿Qué significa esto?
Pues, que no somos solo un cuerpo físico, sino que tenemos otras dimensiones que nos hacen seres completos y únicos. Estas dimensiones son la mental, la emocional y la espiritual.
La dimensión mental se refiere a nuestra capacidad de pensar, razonar, aprender y crear. Es la que nos permite resolver problemas, tomar decisiones y expresar nuestras ideas. La dimensión emocional se relaciona con nuestros sentimientos, emociones y afectos. Es la que nos hace sentir alegría, tristeza, amor, miedo y otras sensaciones. La dimensión espiritual tiene que ver con nuestro sentido de trascendencia, propósito y conexión con algo superior. Es la que nos inspira a buscar el bien común, a cultivar valores y a desarrollar nuestra fe.
Estas tres dimensiones se interrelacionan e influyen entre sí. Por ejemplo, si tenemos una mente positiva, nos sentiremos más felices y tendremos más confianza en nosotros mismos. Si tenemos una emoción negativa, nos afectará el ánimo y la motivación. Si tenemos una espiritualidad sana, nos ayudará a enfrentar las dificultades y a encontrar sentido a la vida.
La visión holística del ser humano nos invita a cuidar de todas estas dimensiones, a integrarlas y a armonizarlas. No se trata de privilegiar una sobre otra, sino de buscar el equilibrio entre ellas. Así podremos alcanzar un estado de bienestar integral, que nos permita vivir plenamente y ser felices.
¿Y cómo podemos lograr este equilibrio?
Pues, hay muchas formas y cada uno debe encontrar la que mejor le funcione. Algunas sugerencias son:
– Practicar la meditación, el yoga o alguna técnica de relajación que nos ayude a calmar la mente y a conectar con nuestro interior.
– Expresar nuestras emociones de forma saludable, sin reprimirlas ni exagerarlas. Buscar apoyo emocional cuando lo necesitemos y ofrecerlo cuando podamos.
– Cultivar nuestra fe, sea cual sea nuestra creencia religiosa o espiritual. Participar en actividades que nos acerquen a nuestra comunidad y a nuestro ser superior.
– Alimentarnos bien, hacer ejercicio regularmente y descansar lo suficiente para mantener nuestro cuerpo sano y fuerte.
– Aprender cosas nuevas, leer libros, ver películas o hacer cursos que estimulen nuestra mente y amplíen nuestros horizontes.
– Disfrutar de las cosas simples de la vida, como la naturaleza, la música, el arte o la risa. Agradecer por lo que tenemos y compartirlo con los demás.
Espero que les haya gustado y que les sirva para reflexionar sobre su propia visión holística del ser humano. Recuerden que somos seres maravillosos y complejos, que merecemos vivir con plenitud y armonía.