
El abuso excesivo en el uso del celular nos está deshumanizando y dejando de ser un medio de comunicación eficaz para volverse una especie de droga tecnológica que está causando más adicción que las mismas sustancias psicoactivas y lo peor de esto, es que no somos consciente de esta realidad.
Se ha vuelto una adicción silenciosa que está perjudicando nuestra salud física y mental, al igual que nuestra evolución espiritual.
Algunos de los daños físicos que genera son:
- Síndrome de la contractura del cuello o síndrome de Text Neck: este síndrome se ha caracterizado por ser una enfermedad tecnológica ya que es provocada por el uso inadecuado y prolongado frente a las pantallas; cuando se inclina el cuello hacia adelante a unos 60 grados se está sobrecargando la columna vertebral y esto con el tiempo genera dolor y rigidez en cuello y columna asociado a mareos y fuertes dolores de cabeza.
- Problemas de la vista: los dispositivos electrónicos que se utilizan en distancias cortas emiten una gran cantidad de luz brillante que genera fatiga visual y puede causar la muerte de las células de la retina.
- Síndrome del túnel carpiano: la manipulación constante de los celulares afecta el nervio mediano, que permite la sensibilidad a toda la mano, afectación que provoca entumecimiento, hormigueo, debilidad, o daño muscular en la mano y dedos.
Algunos Problemas mentales que se genera son:
Nomofobia: es una abreviatura de la expresión inglesa «no-mobile-phone phobia» ansiedad a salir sin celular o perder el celular, generando ansiedad y desequilibrio mental. Y a largo plazo depresión.
Síndrome de la llamada Imaginaria: el celular se ha vuelto ya una extensión de nuestro cuerpo y cualquier impulso que genere se asemeja con una llamada o se siente la necesidad de escucharlo.
Cuando esto nos está sucediendo los niveles de stress se elevan y el sistema nervioso responde de la misma manera que cuando recibe sustancias psicoactivas.
Los problemas que surge para nuestra evolución espiritual: el estar conectados constantemente a estos dispositivos nos hace perder la conexión con nosotros mismo ya que nos distancia de ese silencio interior tan necesario para nuestra evolución; se dice que estos nos roban el alma y la capacidad de sentir, alejándonos de un mundo real para vivir en un mundo codificado e imaginario.