

Este día iniciaremos el proceso de sanación con nuestra madre que es la clave para reconstruir nuestra identidad; cuando el vínculo con ella se da en armonía, nos amamos de manera adecuada, cuando nos vinculamos de manera errada o nos desvinculamos de ella, es cuando sufrimos de baja autoestima, esto debido a que con la madre aprendemos a ser queridos incondicionalmente por lo que somos; es nuestro primer acercamiento a lo que es el amor, si ella no sabe trasmitirlo, se inicia una cadena de heridas, estas heridas al no ser reconocidas, se convierten en creencias y las creencias nos hacen vivir las experiencias que vivimos hoy de carencias y poco amor a nosotros mismos.
Al levantarnos lo primero que hacemos es agradecer el nuevo día que comienza y entregar a Dios todo lo que vamos a vivir en este día.
Rutina de alimentación:
Un vaso con agua al levantarnos.
Una fruta.
Desayuno: 1 harina (tostada, arepa, galleta, entre otros) + proteína (cuajada, claras de huevo, aguacate, entre otros) + bebida sin azúcar (café, jugo).
Una fruta.
Almuerzo: ensalada + proteína (pechuga, lentejas, atún, pescado entre otros) + carbohidrato (puré de papa, yuca cocinada, arroz, entre otros) + bebida sin azúcar (té verde, jugo, agua).
Una fruta.
Cena: ensalada + proteína (pechuga, lentejas, atún, pescado) + bebida sin azúcar (té verde, jugo, agua).
Acondicionamiento físico: caminar mínimo media hora después del almuerzo o la comida y/o realizar rutina de ejercicios.
Ejercicio:
en la mañana escribiremos una carta a nuestra madre, en ella le vamos a expresar todas las cosas que vivimos desde pequeños que nos lastimaron, luego de adolescentes y luego en la edad adulta, debemos ser muy honestos y dejar que aflore nuestros verdaderos sentimientos; luego de escribirla vamos a guardarla.
En la tarde realizaremos el mismo ejercicio, escribiremos una segunda carta que guardaremos en el mismo lugar.
En la noche escribiremos una tercera carta donde volvemos a expresar todo lo que sentimos, pero esta vez vamos a finalizar diciendo:
te perdono porque sé que hiciste lo mejor de acuerdo a lo que tenías dentro de ti, realmente te perdono, te honro por haberme dado la vida, tu eres la grande y yo soy el(la) pequeño(a) desde hoy te entrego tus cargas, son solo tuyas, tú sabrás que hacer con ellas.
Hoy me libero del peso que me entregaste y que estuve cargando durante estos años.
Gracias, Gracias, Gracias.
Cuando finalicemos quemamos las cartas.
Antes de dormir realizaremos la evaluación de conciencia que realizamos en el día 2.