

Cada día somos menos humanos y más robotizados, creemos que la vida gira entorno a un trabajo, a una pareja, a un carro, una casa o una cuenta bancaria con muchos ceros; hemos olvidado lo esencial que es vivir.
Por eso la misión de estos seres que están llegando a la tierra es volvernos a conectar con nuestro centro corazón, con nuestra espiritualidad y con nuestros sentidos.
Niños índigos: son los primeros que llegaron, ellos nacieron mas o menos entre los años 1980 y 1989, sus principales características es que suelen aburrirse con facilidad si realizan una misma actividad, son aislados, observadores, directos y tienen muy desarrollado su sexto sentido, duermen poco y les cuesta concentrarse; su misión es guiar a los niños Cristal y Arcoiris.
Niños Cristal: muchos de ellos nacieron entre los años 1990 y 1999, otros nacieron desde el año 2014 a la fecha, son niños muy especiales que miran directamente a los ojos, porque allí encuentran la esencia de las personas , son kinestésicos y visuales, no les gusta seguir reglas si no tienen una justificación real y basada en el amor, obedecen solo si se les mira y se les habla en tono suave, están muy conectados espiritualmente.
Niños Arcoíris: algunos de ellos nacieron desde el año 2000, su misión es crear armonía a los lugares donde llegan, tienen un don muy especial y es el don de la palabra, trasmiten alegría, seguridad y son grandes unificadores.
Tanto a los niños Cristal como a los niños Arcoíris fácilmente los pueden diagnosticar como niños hiperactivos o con trastornos por déficit de atención, esto por su manera tan diferente de ver el mundo, los medicamentos tan solo lograría volverlos más rebeldes o ausentes.
Como ayudar a estos niños:
- Platicarles como adultos porque tienen la capacidad de entender razones y normas.
- Ayudarles a mantener el contacto con la naturaleza.
- Direccionarlos en actividades como la música, el dibujo, la siembra de plantas, el arte.
- Hablarles siempre mirando a los ojos y de manera serena.
- Cuando se les prohíba algo explicarles el por qué.
- Enseñarles hábitos de alimentación ya que deben comer menos dulces que los niños promedio, comer mucha verdura y beber abundante agua.
- Tener una rutina espiritual con ellos para que se mantengan conectados y presentes.
- Estar presentes en su educación y crecimiento.
- Evitar las peleas en su presencia.
Ser padre o madre de estos maravillosos seres es una gran bendición, cuida y aprende mucho de ellos.