¿Alguna vez has sentido esa fuerza suave pero poderosa que te conecta con tu intuición?
Mira, la energía femenina no tiene nada que ver con ser mujer u hombre. Es algo que todos llevamos dentro… esa parte nuestra que fluye, que siente, que abraza.
Piénsalo así: cuando abraces a tu hijo después de un día difícil, ¿no sientes esa calidez que todo lo puede? O cuando tu instinto te dice «algo no está bien» y al final tenías razón. Eso es energía femenina pura.
¿Cómo se manifiesta?
Es esa capacidad de crear desde el amor. De nutrir proyectos, relaciones, sueños… Es la paciencia de una madre, sí, pero también la creatividad del artista que pinta sin pensar.
Cuando cocinas con amor para alguien especial. Cuando escuchas realmente a un amigo. Cuando permites que las emociones fluyan sin juzgarlas.
Ahí está.
Reconectando contigo
En este mundo tan acelerado… a veces la perdemos. Nos desconectamos.
Pero está ahí, esperando.
Prueba esto: siéntate en silencio cinco minutos. Sin móvil, sin nada. Solo respira y pregúntate: «¿qué necesito ahora mismo?» No lo que deberías necesitar. Lo que realmente necesitas.
Tal vez sea descanso. Tal vez sea crear algo. Tal vez sea simplemente darte un abrazo.
Tu energía femenina es tu brújula interna. Esa voz suave que sabe, que ama, que conecta. No la ignores… porque ahí está tu poder más auténtico.
