

- No Juzgar: no juzguemos a nadie, cada uno estamos librando nuestras propias batallas, contrario a esto observemos y enviemos muchas bendiciones.
- Redes Sociales: utilicemos las redes sociales como medio de ayuda, no para mirar el perfil de los demás ni para alimentar nuestro ego, cuando hacemos esto nos anclamos con el proyecto de los otros y se nos dificulta avanzar.
- Agradecer: tener el hábito de agradecer aumenta nuestra prosperidad.
- Perdonar: cuando perdonamos, nuestro cuerpo libera la toxicidad generada por el resentimiento y tenemos menos opciones de padecer de un cáncer.
- Generosidad: una vez al mes como mínimo tengamos un gesto generoso con alguien que no conozcamos, puede ser pagar el peaje del carro de atrás, pagar la cuenta de alguien que veamos que tiene dificultad en hacerlo, pagar el pasaje de otra persona, sonreírle a una persona huraña, entre otros. Cuando realizamos esto, nuestro corazón aumenta su frecuencia de amor y ayudamos al planeta elevando su nivel vibratorio.
- Caminar en el césped: cuando caminamos descalzos en el césped la madre tierra reestablece el flujo energético natural de nuestro cuerpo, regalándonos bienestar y fuerza.
- Contactarnos con nuestros sentidos: nuestra vida se ha vuelto tan acelerada que olvidamos, ver un atardecer, los árboles, al compañero del lado, al vecino, al igual que olvidamos saborear los que comemos, escuchar lo que nos dicen las personas que amamos, oler la mañana, una flor, nuestra piel y perdemos hasta la sensibilidad de nuestro tacto, por esto es tan importante volver a conectarnos con nuestros sentidos, al hacerlo, nuestra vida se vuelve más feliz, y nos permitimos vivir en el ahora.