

Desde el mismo momento en que nuestra alma toma la decisión de venir a la tierra a vivir una experiencia humana, Dios nos concede un maravilloso regalo, un Ángel, cuya misión es protegernos, cuidarnos, guiarnos, apoyarnos y ayudarnos a cumplir nuestro propósito de vida.
Este Ángel está muy presente durante los primeros años de nuestra vida, tan presente que podemos comunicarnos con él, verlo y escucharlo, pero a medida que crecemos vamos perdiendo esa conexión.
¿Por qué perdemos la Conexión?
Porque empezamos a vivir en piloto automático, viviendo atados al pasado o al futuro, nunca en el presente, viviendo en el miedo y las preocupaciones; Cuando esto sucede, nuestro campo energético emite frecuencias de muy baja vibración y los ángeles vibran en frecuencias muy altas de amor y al estar en diferentes frecuencias se dificulta la comunicación; por eso, para estar nuevamente en contacto con él, debemos mantener pensamientos positivos, estar viviendo el presente, cuidar nuestros hábitos alimenticios, tomar mucha agua, estar en paz con nosotros mismos e invitarlo a que haga parte de nuestra vida.
Próximo artículo: Ejercicios para volver a conectarnos con nuestro Ángel de la Guarda y meditación.