
En la vida, nos encontramos con muchas encrucijadas y muchos caminos donde le decimos a la vida… «¿Ey, qué quieres enseñarme?». Otra vez estoy repitiendo la historia de hace algunos años. ¿Por qué la vida es así conmigo? Si yo me comporto bien, soy una persona de bien, no le hago daño a nadie, las cosas no me salen como yo quiero.
Estas y muchos más son las interrogantes que nos surgen, pero realmente la vida nos trae enseñanzas para que hagamos un pare y podamos seguir siendo una versión mejorada de nosotros mismos. Así como los computadores necesitan una actualización o un parche de seguridad, nuestra vida también la necesita.
¿Qué pasa si ese parche no sirve o si no veo las luces y siento que me hundo cada vez más? Pues es muy fácil, ya que todo está en nuestras manos y de nosotros depende que funcione. Cuando te sientas que no encuentras ese norte, ese camino y te sientes atascado en la vida, sigue estos pasos:
- Aquietarte. Tu alma necesita que la dejes de llenar de información, de situaciones que lo único que hacen es agitar más tu vida. Necesitas paz y calma. Ve a un parque, mira correr el río, mira el cielo, concéntrate en respirar, desconéctate de todos los dispositivos electrónicos.
- Pinta, colorea. Con tu mano no diestra y con los ojos cerrados simplemente dibuja, colorea, deja que tu alma sea la que aclare las cosas por ti.
- Medita. Es la manera más fácil en que tu alma se conecta nuevamente contigo, te ayuda a poner tu mente en blanco.
- Sentidos. Vuelve a ser tú. Al trabajar los sentidos puedes percibir, te vuelves más humano. Durante una semana, concéntrate en trabajar un sentido, cada día uno diferente y al final del día escribe todo lo que se te venga a la mente.
- Descubre tu ikigai. Después de realizar lo anterior, estás listo para preguntarte: ¿qué te gusta?, ¿qué te apasiona?, ¿qué te hace feliz? ¿Hacia dónde quiero ir?
Encontrar el sentido de la vida es algo que nos ayuda a volvernos más fuertes, a tener bases más sólidas y a encontrar la felicidad. Aunque no existe una respuesta universal, la búsqueda del sentido de la vida es una tarea personal que puede ayudarnos a encontrar nuestro propósito y a vivir una vida más plena y satisfactoria.