
Cuantas personas del pasado se han vuelto fantasmas en nuestra vida, recordarlos genera dolor, tristeza, nostalgia, rabia; mueven en nosotros algo tan intenso que ya empiezan a anclarnos e impiden un sano caminar en nuestro proyecto de vida.
Empezamos hacernos preguntas: ¿Qué hubiera pasado si?…¿ Será qué… ?
Y de esta manera muchas de nuestras noches se vuelven películas mentales recreando situaciones que nos desgastan y quitan fuerzas; dejamos de vivir nuestro presente para ¡volvernos presos de fantasmas inexistentes!
Por eso están importante tener claro que cada situación que vivimos fue perfecta, que no hay forma de haberla vivido de otra manera; que cada persona que se subió a nuestro tren de vida traía consigo lecciones maravillosas que nuestra mente testaruda se dedicó analizar; por eso nunca vio en ellas algo bueno, porque esas lecciones deben ser interpretadas desde el corazón.
Ahora cerrando tus ojos y dejándote guiar por tu corazón deja que venga a tu mente cada persona del pasado, cada fantasma y en una sola palabra define la lección de vida que te obsequio, agradece y libera.