

Cuando tenemos atado el pasado a nuestro corazón, cerramos las puertas a las oportunidades, a la prosperidad, al amor, a la salud y a la misma vida.
El pasado no sanado limita nuestra felicidad presente y nos encadena a recuerdos donde las personas que más amamos crearon en nuestra mente películas de terror que hoy en día nos hacen temer a ciertos sucesos y bloquean nuestras decisiones.
Es necesario limpiar nuestra basura emocional día a día; ¿Acaso serías capaz de vivir en tu casa o apartamento sin hacer aseo? ¿En cuestión de 1 mes, dos meses sería un lugar habitable?
Así mismo nuestra casa mental y emocional requiere una limpieza.
Hoy vamos a realizar un ejercicio para que podamos liberar un poco esa carga; que lo hagas una sola vez no sería lo ideal, practícalo cada quince días, con una persona o situación diferente.
Los que vamos a necesitar es:
Una hoja de papel (color violeta).
Lapicero.
Una almohada.
Papel periódico o una revista que se pueda rasgar.
Una vela color violeta.
Cerillos o una candela.
Atomizador con alcohol.
Ahora con todos tus materiales ve a un lugar tranquilo, donde nadie te interrumpa y que sea un recinto cerrado (ideal tu habitación).
Prendes la vela, y te quedas mirándola muy fijamente, respirando su luz y vas a pedir a los ángeles que te lleven a la persona, acontecimiento o lugar que debas liberar en ese momento.
Cuando tengas identificado lo que deseas liberar, vas a empezar a ser tu propio observador(a), identifica lo que sientes, donde lo sientes, que forma tiene.
Si es de color rojo, granate o café o si la sensación es de calor, coge el papel periódico o la revista y empieza a rasgarlo, solo rasga, rasga hasta que tu alma sienta que es el momento de parar.
Si contrario a esto es de color azul, gris o identificas el frio en ti, coge tu almohada y empieza abrazarla, abraza a esa personita que se sintió sola(o) y dile lo mucho que la amas.
Cuando sientas es el momento coge tu hoja color violeta y escribe lo que sientas debes decir, solo escribe, no hay palabras lógicas o un orden para hacerlo, quizás no salgan muchas palabras o quizás sí, quizás solo salgan monosílabos, pero es tu alma plasmando a través del papel y la emoción ese sentimiento que te tiene atado(a).
Cuando hayas finalizado vas a escribir en tu carta: yo soy el protagonista de mi vida y elijo sentir desde hoy paz y le quito el poder a este recuerdo y a esta persona (si es el caso) yo soy luz y desde hoy pido al arcángel Miguel libere todos los cordones energéticos que me amarran a esta situación.
Gracias, gracias, gracias.
Ahora vas abrazarte fuertemente y decirte me amo, realmente me amo.
Después de esto vas a quemar esa carta y observa como la consume el fuego.
Para finalizar vas a rociar alcohol a 11 cm de tu cuerpo y en el recinto donde te encuentras diciendo palabras positivas como amor, luz, verdad, paz, entre otras.